Hoy es uno de esos días que me siento en baja y no tengo una razón en específico. Hoy es uno de esos días que no tengo teorías absurdas sobre cómo descubrieron que la piña era una fruta (todavía la estoy desarrollando). Quizás puede que sea el cansancio escribiendo o el sueño. Quizás este escrito no sea una buena decisión, pero necesito hacerlo, me nace hacerlo. Creo que muchas veces nos reprimimos por miedo a lo que la gente piense. Todas nuestras palabras medidas; cada sentimiento escondido. ¿Por qué no podemos dejar ver lo que realmente somos? ¿Por qué sucumbirnos ante las expectativas de los demás?
Creo que cada emoción tiene un propósito en específico y, por eso, es necesario que aceptemos cómo nos sentimos ante las situaciones de la vida. Es necesario que aceptemos lo que somos y le saquemos partido a ello. Siempre hay espacio para mejorar y urge que lo hagamos. Pero no tengamos en poco nuestra esencia; no permitamos que nuestros defectos nos definan.
En muchas ocasiones me han dicho que soy demasiado intensa… y eso me creó un leve complejo. Luego entendí que soy así y no tengo que avergonzarme por ello. ¡Soy apasionada y me encanta serlo! Sin embargo, entiendo que debo ejercer el dominio propio y saber discernir en qué momento es apropiado serlo.
Hoy es uno de esos días que me he intoxicado de chocolates, he visto Bridget Jones’s Diary por enésima vez, y vi la escena final dos veces porque sí (porque soy una romántica empedernida hasta el final de mis días). Y mientras hoy no es uno de mis súper días, de algo estoy muy segura: mejores días vendrán. Hoy me permitiré hacer todo lo que usualmente me restrinjo. Mi vida no está perfectamente planificada como en otras ocasiones. Pero hoy disfrutaré mi caos y lo compartiré con ustedes. Soy un ser humano, me equivoco, peco, no soy perfecta y eso está excelentemente bien por ahora. Así que mientras tanto… ¡simplemente viviré!
Un beso cibernético,
Jolly Ann