“Así que eres soltero, ¡qué tragedia!” Okay, confieso que nunca me han dicho esa frase, no obstante, la he sentido con la mirada de alguien. Estoy completamente segura de que no soy la única que ha sentido la lástima que provocamos en ciertas personas, debido a la ausencia de un novio/novia en nuestras vidas. Y no, no vamos a sacar los violines, tocar la música de Titanic mientras lloramos porque estamos solteros (no lo pienso hacer, específicamente, porque no sé tocar violín. Mentiras, mentiras. Aunque en realidad no sé tocar violín jaja). Bueno, de vuelta al tema, en algún momento a todos nos han preguntado o nos han hecho un comentario incómodo con relación a nuestra soltería. Pero, mis hermanos, me he dado cuenta que mientras más lejos se ve mi fecha de nacimiento pasan dos cosas: 1) la frecuencia y la profundidad de dichos comentarios aumenta y 2) estoy aprendiendo a no “cogerlo a pecho”, como diría el buen puertorriqueño.
Es difícil, lo sé. Porque aunque las personas no lo hagan con una mala intención, hieren. Como este escrito no es para lamentarnos porque la vida es cruel y no nos da una pareja, leamos distintos escenarios.
Escenario 1:
(Armandina estaba sentada en el sofá disfrutando de la tradicional fiesta familiar que hacen todos los años. De pronto, se acerca su tía Herminia, la cual no había visto hace cinco años)
Tía Herminia: Armandina, ¿cómo te va en la universidad?
Armandina: Gracias a Dios, me va muy bien. ¡Me gradúo el año que viene!
Tía Herminia: ¿Ya conseguiste un novio?
(Noten como tía Herminia no hace ningún comentario sobre el progreso académico de Armandina)
Armandina: (con una sonrisa pasmada) No, no tengo novio.
Tía Herminia: ¿¡Qué!? ¿¡Cómo es posible cometer tal PECADO CAPITAL sin sentir vergüenza alguna!? ¿¡De qué vale estudiar si no tienes un marido que te mantenga!? Bueno, bendito, quizás no es tu culpa. Aunque no entiendo cómo una muchacha tan buena como tú no tiene novio. ¡Qué tragedia! Es como si el autor de tu vida fuera Shakespeare. Estaré orando por ti, mi ’jita.
Escenario 2:
(Fausto Alfonsino está en el salón donde se reúnen los feligreses después del culto para tomar café y compartir. Se acerca Don Eustaquio y comienza la conversación)
Fausto Alfonsino: Don Eustaquio, ¿cómo se siente hoy?
Don Eustaquio: ¡Ay, bendito! Aquí en la lucha, Faustito. ¡Oye! Cuéntame cómo te va con las novias.
Fausto Alfonsino: No tengo novia, Don Eustaquio, todavía no ha llegado la correcta jejeje.
Don Eustaquio: Pero… ¿¡cuántos años tienes, muchachito!?
Fausto Alfonsino: 28.
Don Eustaquio: ¡No me digas una cosa así! ¡No puede ser! Tienes que ir buscando novia rápido, ya estás tarde para casarte. Ya a tu edad tenía siete hijos y dos nietos.
Fausto Alfonsino: Es que ahora mismo tengo otras metas…
(Don Eustaquio interrumpe a Fausto)
Don Eustaquio: ¡Qué metas ni qué metas! No hay nada más importante en este mundo que casarse. La única meta en la vida de las personas debe ser casarse y tener, mínimo, doce hijos.
Escenario 3:
(Henilda y Justa han sido amigas desde la niñez. Estaban hablando tonterías, no obstante, la conversación se tornó un poco seria)
Justa: Heni, ¿hace cuánto te dejaste de Facundo?
Henilda: Primero, él me dejó a mí. Segundo, pues hace cinco años.
Justa: Diache, no sé cómo has podido sobrevivir sola todo este tiempo. O sea, ¿qué haces cuándo tienes que abrir una botella de agua? ¿Quién saca las arañas en tu casa? Además, Heni, recuerda que no te queda mucho tiempo. Los otros día leí en Facebook que el 99.99% de las mujeres entre las edades de 25-39 años no son propensas a casarse. ¡Y MENOS SI ESTAN PREPARADAS ACADÉMICAMENTE!
Henilda: ¡Já! Justita, qué fuentes más conf…
(Justa la interrumpe)
Justa: Heni, tu sabes que eres mi amiga de toda la vida, pero te tengo que decir la verdad: INTIMIDAS A LOS HOMBRES. Entonces, para el colmo, tienes las expectativas muy altas. Tienes que conformarte con lo que venga, si no (PAUSA DRAMÁTICA) nunca vas a ser feliz.
Okay, quizás me exageré en los escenarios (jajaja). Pero ven, a todo se le puede sacar el humor. ¡Claro! Me gustaría que tomaran nuestros sentimientos en consideración antes de decir un comentario de mal gusto (y no solo con el tema de la soltería). De igual manera, estas situaciones moldean nuestro carácter para bien; nos ayudan a ser mejores personas porque sabemos lo mucho que puede herir un comentario, unas simples palabras. La realidad es que el tema de la soltería es uno difícil porque cada ser humano es distinto. Por lo tanto, lo importante es entender que Dios tiene un propósito en nuestras vidas. Por ahora, disfrutemos de nuestra soltería confiando en que la persona que Dios tiene para nosotros llegará… pronto (jajajaja en verdad no sé si pronto, pero olvidémonos del tiempo). Procuremos ser la mejor versión de nosotros mismos. Así, cuando llegue nuestra pareja nos encontrará en nuestro mejor estado emocional, sentimental y espiritual.
Confesión: Mi nombre es Jolly Ann Giusti Santaella, tengo 23 años y estoy felizmente soltera. Definitivamente, no siempre me siento muy gozosa de estarlo (jajaja), pero la mayoría de las veces me siento muy feliz. Tengo una familia excelente, amigos excepcionales, muy buenos compañeros y me hacen sentir inmensamente agradecida de tenerlos en mi vida. Me gusta vivir las etapas de mi vida al máximo. Si en este tiempo tengo que estar soltera, me lo voy a disfrutar. Si en algún otro momento tengo pareja, también me lo disfrutaré.
“Pero tú cuidas siempre de quienes te respetan y confían en tu amor. En tiempos de escasez, no los dejas morir de hambre. Tú nos das tu ayuda, nos proteges como escudo. Por eso confiamos en ti. Nuestro corazón se alegra porque en ti confiamos.”
Salmos 33: 18-21 TLA
Un beso cibernético,
Jolly Ann