Una madre luchadora

my momHoy fue la carrera/caminata de Susan G. Komen: Race for the cure, y estaba reflexionando sobre mi madre. Como ya he escrito, mi madre es sobreviviente de cáncer, pero ese no es su único atributo. Cuando a mi madre le diagnosticaron cáncer en el seno, yo tenía 16 años y Pedro José, mi hermano menor, tenía 12 años. En esos momentos todo pasó demasiado rápido. Le hicieron una biopsia, luego le siguió la mastectomía radical, y por último, el tratamiento. Cuando recuerdo todo ese proceso, en esos momentos –no sé si por la edad o por cómo sucedieron las cosas- yo no podía internalizar lo que sucedía. Mi pensamiento siempre fue: “Vamos a salir de esto”, y gracias a Dios así fue. Era una situación en la que no había momento para detenerse y reflexionar. Sin embargo, Dios me dio la oportunidad de recordar y ponderar sobre ello a mis 23 años de vida.

Cuando “miro hacia atrás” solo recuerdo la valentía y el valor de mi madre… solo puedo ver todo lo que nos ha enseñado que, quizás, en esos momentos no pude apreciar. Todo gira alrededor de ella. ¿Por qué? Porque ella decidió (sin saberlo) brillar en la crisis en vez de rendirse ante ella. Quisiera tomarme el tiempo para escribir sobre lo que más me marcó (de manera positiva):

  1. Su relación con Dios estaba sólida: fue uno de los momentos en que más fuerte estaba, y al verla tan segura nos dio confianza de que todo saldría bien.
  2. Siguió trabajando mientras recibía los tratamientos: se iba a trabajar y luego iba a tomar sus quimioterapias y radioterapias. Sí, la vi quebrantarse por la reacción de su cuerpo a las quimioterapias. Sin embargo, siguió trabajando y logró culminar el tratamiento.
  3. Su actitud fue de campeona; nunca se rindió: a pesar de lo extenuante y difícil que fue ese proceso para ella, nunca la vi decaída.
  4. Aun en su enfermedad, nos puso primero: mientras escribo esto se me aguan los ojos porque esto es lo más difícil para mí. Mi madre siempre nos ha puesto primero en todo, pero ante una situación como esta uno pensaría que todo cambia. No fue así. ¡Claro! Ella recibía nuestro apoyo; la ayudábamos hasta donde podíamos. No obstante, no tuvimos que salir a trabajar para ayudarla económicamente. Como siempre, ella hizo todo lo posible por poner un plato de comida en nuestra mesa, incluso en las situaciones más extremas.

Solo puedo pensar que Dios me ha regalado la mejor madre. Llego a la conclusión que mi madre fue el ejemplo más cercano que pude tener del amor de Jesús. Aun cuando no conocía mucho de Dios, con sus acciones ella me mostró un pedacito de Su amor. La vida de mi madre ha sido mi ejemplo a seguir. Ella es mi ejemplo de entrega, dedicación, perseverancia, lucha, amor, valentía, respeto y valores. Así que madre que me lees, si en algún momento estás cansada de luchar, insto a que no pares de hacerlo. Tus hijos quizás no lo noten ahora, quizás hasta te reprochen ciertas cosas. Sin embargo, si las características que caracterizan a mi madre también te caracterizan, te aseguro que algún día entenderán tu sacrificio. ¡No te des por vencida! Tu ejemplo es el mejor legado que le puedes dejar a tu niño/a. Llora lo que tengas que llorar, sincérate con Dios y respira profundo. ¡Animo! ¡Adelante!

Un beso cibernético,

Jolly Ann

PD: Mamá, gracias por ser el reflejo del amor de Jesús en mi vida. Gracias por enseñarme tanto. Tengo en cuenta todos los sacrificios que hiciste por nosotros; no son en vano. Gracias por tomar decisiones difíciles por nuestro bienestar. Gracias por todo lo que te caracteriza. ¡Gracias por ser mi amiga, mi confidente, mi madre! Pero lo más importante, ¡gracias por ser mi ejemplo a seguir! ¡Te amo!

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s